1¿Cuál
es la necesidad de un mega cambio?
Aunque
si bien la educación y el sistema educativo han recibido cambios en los últimos
años. Aun así su esencia sigue siendo la misma: la transmisión de conocimientos
que para algunos merecen la pena ser conservados.
Los
cambios que ha sufrido el sistema como se transmiten estos conocimientos no ha
vivido un cambio significativo, podría decirse que a pesar de las alteraciones
hechas en estos rubros, no representan una enorme innovación que dejaría en
desconcierto a los expertos en educación de siglos anteriores.
Papert
(1995) distingue a dos tipos de posturas en relación al cambio educativo. Por
un lado ubica a quienes la necesidad de un megacambio no resulta trascendente,
ya que para estas personas la educación enfrenta problemas más inmediatos. A
ellos los llama Instructores, su visión
va entorno a la inmediatez.
Por
otro lado tenemos a los que Papert denomina Anhelantes, aun consientes de las
trabas que existen para lograr el cambio, han sentido desde sus trincheras la
necesidad de un inminente megacambio.
La educación, constituida por sus
profesores, sistema educativo, recursos educativos, teorías y métodos, Es
depositaria de esperanzas se acude a ella para cumplir las ambiciones futuras
puestas en los niños.
Lo
anterior es complejo, todos los problemas del interior de las escuelas afecta
directamente a estas ambiciones.
2. La
escuela y el alumno
Es
la escuela como institución es sin duda un producto histórico, resultado de paradigma sociales y culturales,
pero se ha quedado estancada en una época muy distinta a la que sus actores
están viviendo, como lo dice Finkielkraut (1987) “[...] la escuela es moderna,
los alumnos postmodernos”.
Esta
diferencia sustancial entre actores y escenarios, es evidente hoy día, Los
niños son usuarios natos de los medios audiovisuales, viven rodeados de
tecnología.
Papert
habla de los niños de 1995 (época en la
que yo misma era niña) rodeados de videojuegos como primer acercamiento a las
tecnologías. Los avances tecnológicos en estos casi veinte años han sido agigantados, los niños en los años
90’s crecimos con las computadoras, mi
primer correo electrónico fue a los 9 años, tenía acceso al internet aunque
este era limitado y no era igual para todos los niños de mi salón de clases.
Los
niños de hoy nacen con las computadora,
en la mayoría de los hogares se
tiene acceso a red, y si bien los niños de mi generación pasábamos horas
jugando videojuegos, sin mas proceso colaborativo que el de invitar al vecino a
jugar. Hoy día los juegos son en línea y sumergen a los niños en la globalidad,
ya no se trata solo de jugar con el vecino, ahora juegan , comparten
experiencias con niños y adultos de otras partes del mundo.
Algo semejante percibo con su
entrada a redes sociales, donde son
además participes, su contacto con otras personas es inminente, mi
planteamiento es que esta herramienta podría ser utilizada por la educación, en
lugar de criticar su uso.
Con lo anterior quiero enmarcar, si
bien puedo percibir un cambio en el apego a las tecnologías entre mi generación
y las que le siguen , la escuela sigue igual.
La
educación actual considera a una persona como alfabetizada, porque domina las
destrezas de leer y escribir, la comprensión lectora por mucho tiempo se ha
reducido al número de palabras por minuto que puede decodificar un niño.
El
autor defiende que la verdadera
alfabetización debe ser más
personal , más cooperativa, más gradual y no reducida a la palabra impresa como
fuente trasendente y única de información.
Es
aquí cuando sostengo la importancia de una
alfabetización visual:
Sartori
(1998) nos habla de una sociedad de masas, influida de manera casi total por
los estimulos visuales, esto es lo que él llama “el homo videns”. En una sociedad tan inmersa
en información visual, es necesario hablar entonces de comunicación visual,
considerando la poca orientación y guía que tienen las personas con respecto al
lenguaje visual.
A
pesar de que un 80% del cerebro se dedica al procesamiento de la información
visual (Tormo:2011) son pocas las estrategias enfocadas en el desarrollo del
pensamiento visual.
Nos
encontramos inmersos en un mundo de imágenes, vivimos en una civilización
iconosfera, por tanto es importante que
se considere desde la perspectiva educativa una ampliación de los horizontes
epistemológicos e imaginativos, que permiten contar con los saberes
interdiciplinarios del estudio del iconismo y la educación visual.
Es
entonces necesario hablar de alfabetización visual, educar en la imagen que no
es lo mismo que educar con la imagen, esto último es muy frecuentemente
recurrido por los docentes, que abogando desde la perspectiva del poder de la
imagen. Las incorporan a sus clases, proyectando películas, fotografías. Etc.
La
construcción del conocimiento por parte del niño se da como resultado de una
interacción entre sus capacidades innatas y la información que recibe del medio
que lo rodea. Esto a primera instancia, después al ser escolarizado, se le dotara de conocimientos,
que los adultos consideraron necesarios de conservarse.
La
educación percibe la enseñanza como un acto memorístico, dejando de lado la
creatividad y la enseñanza de la percepción.
Los
anhelantes buscan diversas maneras de enseñar distinto, lo que se designo como
digno de ser conservado por la escuela.
Fuentes consultadas:
Piaget,
Jea (1998) La construcción de lo real en el niño . Proteo. Buenos aires.
Sartori
G (1998) Homovidens la sociedad teledirigida, ed. Tecnos Madrid.
Papert, S. (1995). La máquina de los niños.
Replantearse la educación en la era de los ordenadores. Barcelona: Paidós
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